La celda ocho del patio Santander en la cárcel de Villavicencio, donde estaban recluidos 58 adultos mayores, se convirtió en el germen del contagio del coronavirus, que en cuatro semanas tiene a 506 personas, entre internos y guardianes, enfermos, en ese patio murieron tres reclusos.
“Creemos que nos contagiamos por José Quiñones o Plinio Tapiero, quienes estuvieron en el hospital de Villavicencio a principios de abril”, sostiene Lorenzo Almanza, un interno que estuvo en la celda ocho.
Esta celda es una sucesión de dormitorios lóbregos, sin puertas y con poca ventilación. En los cuartos para cuatro internos duermen ocho presos y en los de diez descansan 18. Los camarotes solo se distancian por un metro y se vive soportando temperaturas superiores a los 25 grados.
Los más antiguos tienen derecho a cama, una placa de cemento sobre la que extienden un colchón o colchoneta; los nuevos tienen que dormir en el piso, el pasillo, el baño o por horas, mientras otros esperan su turno parados.
JAIR LENIS BETANCOURT
Exitosa Stereo 107.8 fm